Momentos en los que lo único que te apetece es echarlo todo por la borda. Y tú detrás. Momentos en los que de repente todo vuelve a ser gris. Ese gris nostálgico que por estas fechas tan mal sienta…
Ese gris que me quema y me mata…
Esas lágrimas ácidas deslizándose una vez más por mis mejillas… como el nacimiento de un río… cual cascada.
Y desembocan en la comisura de mis labios, donde se guardan un millón de besos y de palabras que ya nunca más podrán salir de ahí… Y se van perdiendo en el cajón de los recuerdos. Ese que abrirás cada noche al tumbarte sola en la cama y no tener esa sonrisa de auténtica gilipollas en la cara…
Momentos como, precisamente, este.
No siempre los sueños son realidad permanentemente. Primero la calma, luego la tempestad.... primero la tempestad, luego la calma... el caso es que nada es para siempre... u_u
Mejor sonreir al pensar que ha ocurrido a llorar por que haya terminado...¿No? Para mí eso es algo que nunca conseguiré ponerlo en práctica, ya lo siento... u_u
Bueno.. vale ya de tonterías.
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