Te das cuenta de que las cosas han cambiado, cuando te despiertas, y en vez de levantarte sonriendo, te tapas la cara, asqueada de un día más.
Un día más sin un te quiero suyo… un día más, sabiendo que aquellos abrazos, aquellos besos, y todo aquello que viviste junto a él no volverá. Nunca.
Aunque cueste admitirlo, porque una parte de ti, sigue creyendo que volverá. Que volverás a sentirte caída del cielo.
Pero no, la realidad no es esa. Tu realidad ahora es que él está rehaciendo su vida, y tú estás sentada frente a un portátil, esperando hablar con él. Porque cada palabra te sigue endulzando. Porque te dan igual sus defectos, te dan igual sus fallos, lo único que te importa es que lo quieres, y que a pesar de todo, seguirías dándolo todo para recuperarlo.
Y estás dispues a hacer lo que haga falta. E intentas controlar a aquellas que lo quieren, y te alegras de saber que se quieren alejas de él. Pero no eres consciente de que tarde o temprano, él estará con otra. No lo vas a poder evitar.
Y aunque te alegrarás de su felicidad, tú estarás muerta. Otra chica estará tumbada a su lado, en la cama donde tantas veces estuviste tú. Dándole los besos que a ti, aún te quedan por regalarle. Y le rodearán esos brazos, que un día te abrigaron a ti en los días de invierno.
Y ahora, hay que seguir adelante. Como se pueda…
Sé que querrás tirar la toalla. Sé que desearás acabar con todo de la forma más fácil. Y sé también que será duro.
Pero siempre habrá alguna razón para seguir… y tarde o temprano, las heridas cicatrizarán. Porque el tiempo todo lo cura, ¿no?
No lo olvidarás, claro que no… pero al menos… dejará de doler… o eso espero.
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