-¿Es para acompañar carne o pescado?
-Carne.
-Pues la verdad es que tengo hambre. No he comido nada desde el desayuno. ¿Tienes la carne en el horno?
-Espera un momento -me pidió inundándome con sus ojos-. Antes necesito que me digas que sí a algo que deberíamos hacer mañana.
-A las nueve tengo que estar en el instituto. Aparte de eso, cualquier deseo tuyo tendrá un sí por mi parte.
-¿Cualquier cosa que te pida? ¿Aunque sea peligrosa?
Asentí con la cabeza, ya menos seguro.
-Entonces podemos empezar la cena -dijo destapando nuevamente los cinco boles de salsa.
-¿Y dónde está la carne?
Alexia se levantó de la mesa y fingió que sufría un mareo para tenderse en el suelo de madera con el vestido de noche. Luego dijo:
-Nosotros somos la carne.
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